Modelo Económico Alternativo

MODELO ECONÓMICO ALTERNATIVO: CRECIMIENTO Y DESARROLLO ECONÓMICO, PAN PARA TODOS Y TODAS.

El sistema capitalista no funciona para las mayorías. Solo concentra la riqueza en pocas manos. El modelo neoliberal fracasó en conseguir de manera sostenible atraer las inversiones, generar el empleo y satisfacer las necesidades de producción desde tiempo atrás, mucho menos generar la renta que la nación ocupa para sus servicios ahora en emergencia.

Previa a la pandemia y a las dos tormentas tropicales, la economía de Honduras se volvió anémica y dependiente desde el 2009. Hoy se caracteriza por bajo crecimiento económico, elevada informalidad, dependencia de pocos productos de exportación, fuerte caída de la inversión en general y especial la extranjera, alto nivel de desempleo y baja efectividad del gasto público social; un entorno institucional débil y prostituido, con una política fiscal regresiva que se compensa irresponsablemente con nuevo endeudamiento público. Todo lo cual ha redundado en la inclemente y acelerada política impositiva e insuficiencia de ingresos tributarios para cubrir las demandas y servicio sociales y en déficit. Ya teníamos entonces, antes del COVID una elevada migración debido a la falta de oportunidades y a la inseguridad.

Salta a la vista que Honduras urge de un modelo económico alternativo, que pueda reconstruir lo básico, pero también consiga transformar el país, reducir desigualdades extremas, impulsar una dinámica sostenible. Entre los retos para un modelo económico alternativo se encuentran: diversificar la matriz productiva con actividades de mayor valor agregado y aumentar la productividad. Procesar y ser eficaces.

Propongo un Modelo Económico Alternativo que se fundamente en fortalecer y hacer crecer el rol del Estado en la Economía, especial en las áreas estratégicas y servicios públicos, y formulación y ejecución de políticas públicas dirigidas al fortalecimiento de los diferentes tipos de empresas y de propiedad: Estatal, Mercantil /Privada y Social, como las cooperativas, cajas rurales, y los emprendimientos solidarios.

Otro elemento indispensable es el reconocimiento de la importancia fundamental de la participación del Estado en corregir las distorsiones del mercado y orientar la inversión en función de una convivencia armónica con el ambiente y hacia la producción prioritaria, en vez del consumo enajenado. Nuestro gobierno promoverá activamente un modelo nuevo que procure la equidad entre géneros, etnias, generaciones y territorios con el fin de impulsar un Desarrollo Humano Sustentable.

Este modelo alternativo rodará sobre los siguientes ejes:

No más monopolios; ni oligopolios, ni exenciones fiscales o exoneraciones que constituyen privilegios innecesarios para el desarrollo. El Estado en mi gobierno, previo pago, va a recuperar el control y la propiedad sobre aeropuertos, puertos, carreteras, y otros servicios públicos privatizados.

El empleo pleno. Asegurar un trabajo que permita descansar y estar cubierto. Según datos de la CEPAL para el año 2019, la Población Económicamente Activa (PEA) fue de casi cuatro millones, 3,844,639 personas, muchos más varones que mujeres. (La tasa de participación de los hombres en la PEA es del 62.9% en comparación con las mujeres que solo representan el 37%.) Según el Banco Mundial, un 36% de las personas ocupadas se ubican en la agricultura, el 24% en el comercio y 13% en la producción manufacturera, y gran parte del empleo es de baja calidad. Los más afectados por el desempleo son las y los jóvenes. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el año 2018 el 49.4% de los desempleados fueron personas con menos de 25 años, es decir 5 de cada 10 desemplea- dos eran jóvenes a quienes les cuesta un mundo y les angustia obtener un ingreso.

Igualmente, grave es el nivel de subempleo en el país. Además de las pocas oportunidades de trabajo, las que existen generalmente se concentran en empleos poco remunerados y con mucha variación en las horas de trabajo. Según el INE existen más de 2.5 millones de personas en situación de subempleo visible o invisible. Un tema pendiente es la perenne precariedad del trabajo asalariado en el caso de empleos que no pagan el mínimo ni cubren previsiones y derechos básicos como seguridad social, vacaciones y aguinaldos.

La alta cifra de personas en condiciones de subempleo tiene un impacto directo en las posibilidades de acceder a los servicios de seguridad social. Según datos de la CEPAL esta situación revela las enormes desigualdades en el país. Durante el período 2009–2016 el quintil más pobre de la población apenas representaba un 0.6% de personas incluidas en el sistema previsional, en que sin embargo estaban incluidas 35.1% del quintil más rico. Es decir, la gente más pobre es la que menos acceso tiene a las redes de protección social, cuando debía ser a la inversa.

Un salario justo, digno y remunerador para todos. Según datos de la UNAH a pesar de que, en los últimos años el salario mínimo nominal ha registrado un crecimiento superior a la inflación, este no ha podido ser suficiente para cubrir el costo de la canasta básica. Así, según el INE prácticamente 7 de cada 10 hondureños ganan menos del salario mínimo. Y la economía de todos los hondureños se ha deteriorado mucho más ante la pandemia y después de la destrucción de las sequías y las tormentas Eta y Iota.

Con todos estos programas, que a continuación mencionaré, las oportunidades de trabajo será una prioridad del Estado, especialmente el trabajo para los jóvenes.

La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, lanzó el jueves 8 de julio de 2021 el informe La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe. Crecimiento con persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad.